Los alumnos de 2º de Primaria de los colegios de Rota "Ponce de León" y "San José de Calasanz" están llevando más allá de lo que suponíamos las capacidades de cálculo de los niños. Me mandan tres fotos del "Ponce". En esta multiplican por 16, e invierten el orden en que normalmente recomendamos que realicen la operación. Lo hacemos porque, en general, se procesan mejor los cálculos de sumar cuando el primer sumando es el número mayor.
En este caso, multiplican por 19. Respecto al modelo clásico ABN incorporan una nueva columna, siguiendo la lógica de la suma y la división, en la que reflejan lo que queda por multiplicar. Está muy bien, porque de este modo cada alumno y alumna podrá, si se atreve, realizar productos que sobrepasen el orden de unidades.
Para terminar, dos operaciones. En la multiplicación de dos cifras, al ser elevado el multiplicador, lo desglosan y así simplifican y aumentan la práctica de la suma. En la división también demuestran un buen dominio, sobre todo pensando en la edad que tienen y en el curso en el que están. No obstante, y no tanto por ánimo ordenancista, recomendamos que se alineen las acciones que corresponden a una misma distribución o reparto. Por ejemplo, que en lugar de que estén en línea 2330, 6606 y 1101, estuvieran 8936, 6606 y 1101. La razón es que cuando se pregunta por cálculos intermedios (por ejemplo, "si solo se repartieran 1130, ¿cuál sería el resultado?") la disposición de los números se complica mucho.
Hago notar este aspecto no pensando en los niños del colegio, que siguen con gran fidelidad la lógica de los algoritmos, sino en las personas que vean las fotos y no estén familiarizados con nuestrosmodelos de algoritmos.
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