La Conferencia inaugural del Congreso la impartió José
Miguel de la Rosa. Fue de gran altura y tocó algunos temas que suscitaron
reacciones muy vivas en los asistentes. Uno de ellos era el hecho,
perfectamente comprobable, de cómo la presencia del ABN en las aulas era menor,
o, sencillamente, desaparecía, conforme se accedía a los cursos más altos de la
Primaria. Es decir, que a partir de 4º, y no digamos 5º y 6º, se ha de volver
al cálculo de toda la vida, a las cuentas serias sin cuyo dominio no se puede afrontar
el futuro. Parece consagrada la idea de que el ABN se puede “tolerar” en
Infantil o en el Primer Ciclo de Primaria. Al fin y al cabo, los niños son
todavía pequeños. Incluso, excepcionalmente, se podría autorizar su empleo en
3º, casi poniendo en peligro el porvenir matemático de los niños. Una de las
asistentes levantó la mano y quiso explicar al Plenario la razón que dio la
Directora de su Colegio para prohibir (sí, prohibir) el empleo del ABN en el
centro. Quedé tan impactado por lo que oí que quiero abrir estas crónicas con
su relato, tanto por su contenido como por su implicación.
En síntesis, nos dijo lo que sigue, en lo sustancial: El
colegio no puede permitir que se emplee un método que obtiene en unos grupos de
alumnos resultados y aprendizajes que están muy por encima de los que obtienen los
demás grupos. No se puede permitir que se creen estas diferencias entre las
distintas aulas.
Ahí es nada. El runrún entre los asistentes creció, y se
destacó sobre todo por el asombro y el rechazo a esa forma de entender la no
discriminación o la igualdad.
Es, en efecto, muy grave lo que se manifiesta. Estas son
cosas que pasan (de forma muy mayoritaria) en la escuela pública. ¿Cabe imaginar,
como señalaba José Miguel de la Rosa, que se impida a un médico utilizar un
tratamiento que cura a los pacientes (o evita que fallezcan) en una proporción
muy superior a los demás tratamientos, porque las diferencias que se crean son
intolerables? Pongo yo algunos argumentos más. ¿Se imaginan que en un negocio
público le impidan a un vendedor que haga las cosas tan bien que dispare las
ventas? ¿O que en un Conservatorio de Música prohíban al profesor de piano
enseñar de manera tal que multiplique el talento de los alumnos muy por encima
de lo habitual? ¿Sería siquiera pensable que en el Barcelona le hubieran
prohibido a Messi jugar tan bien y meter tantos goles porque hacía de menos a
los demás jugadores de la plantilla? Etc, etc. etc.
Este tema (la prohibición de trabajar ABN que se ha
dictado en algunos colegios públicos) estuvo muy presente, y se pudo comprobar
cómo lo que estaba tras esta prohibición era que las maestras ABN dejaban mal a
aquellos docentes que querían seguir enseñando como hace cien años, porque les
es más cómodo y porque, desde luego, no están dispuestos a tomarse más trabajos
ni a aprender otras formas de desarrollar su oficio. Pero esto no se puede
decir en público. Por ello, las razones que se dan (no todos son tan sinceros cómo
la Directora a la que hemos hecho referencia) procuran ennoblecer o disimular
una verdad miserable y que hay que esconder. Por eso, y por el bien de los
alumnos (y de ninguna manera por su comodidad) afirman que: el ABN no vale para
los cursos altos, es un método que no se emplea en la ESO, los chicos ABN fracasan
en Secundaria, trabajan el cálculo de una manera que les hace emplear mucho
tiempo, etc. Como todos sabemos, hasta que llegó el ABN todos los alumnos
sabían muchas matemáticas, aprobaban todos las mates en el Instituto, el amor a
la materia era notorio, etc.
Decía un querido compañero, hace ya muchos años, que la
espiga que sobresale es cortada sin piedad. El problema es que quienes cortan
la espiga son, precisamente, los encargados de que las espigas crezcan.