En una sesión de formación, un profesor de instituto me dijo que tal vez, al trabajar con números completos, no aprovecháramos las potencialidades del valor posicional de la numeración. Tal afirmación fue bastante compartida por los restantes asistentes. Mi respuesta fue clara: ¿acaso se podrían hacer los cálculos que realizan nuestros alumnos si no manejaran muy bien los órdenes de unidades?
Recientemente, trabajando con un grupo de alumnos de 2º de Primaria, he querido comprobar cómo se manejan con las centenas, las decenas y las unidades. Han contestado correctamente a las siguientes cuestiones:
-Escribe el número formado por 4 centenas, 13 decenas y 48 unidades (578).
-Escribe el número formado por 3 C y 147 U (447).
-¿Qué número es el que está formado por 34 decenas? (340).
-Tengo el número 456. Llega la “seño” y me lo deja convertido en el 116. ¿Cuántas decenas se ha llevado? (34).
Las respuestas han sido orales, sin tener que escribir los números ni hacer simulaciones (salvo las mentales). Por supuesto no han contestado por igual todos los alumnos, pero sí bastantes. Ello quiere decir que dentro de no muchos meses todos los sabrán hacer.
¿Hacen ustedes una prueba? ¿Les pasan esos ejercicios a alumnos que siguen el método tradicional y que supuestamente basan sus cálculos en el valor posicional de las cifras? Yo lo he hecho varias veces, y en cursos superiores. Los resultados son desastrosos.
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