había mostrado interés por el método ABN, le preguntó a su colega del “Andalucía” por el mismo. Tras alguna explicación, algún niño de este último colegio realizó alguna operación como demostración. En concreto y viendo cómo el alumno resolvía una operación de dividir por dos cifras, un compañero del otro colegio dijo, mientras miraba asombrado: “Eso no lo hago yo en mi vida”.
jueves, 5 de julio de 2012
Anécdotas de un curso.
En estos meses en que no hay niños en los colegios se pueden
traer al blog otros contenidos. Haciendo inventario de lo ocurrido en este
curso, he reunido algunas anécdotas que o bien yo mismo he vivido o me las han
contado.
Colegio “Isabel la Católica”, de la Línea de la Concepción.
La maestra de
apoyo introduce la metodología ABN en las clases de recuperación. Un alumno
repetidor y que consideraba a las Matemáticas como algo inabordable empezó a
entenderlas y a practicarlas, de forma tal que superó su déficit con creces, y es capaz de hacer y explicar nociones y conceptos que sus compañeros que no
tienen que ir a clases de refuerzo no saben hacer. Le ha mejorado mucho la
autoestima, y en un alarde de franqueza le dice a Angustias (la maestra):
“Seño, el ABN me ha cambiado la vida”.
Colegios “Andalucía” de Cádiz y “Virgen de Lourdes”, de Palmones
(Cádiz).
Los niños de 4º
de ambos colegios coincidieron en una estancia en un aula de la naturaleza. Concretamente en la de Tavizna, en la sierra gaditana. Como la maestra del
colegio de Palmones
había mostrado interés por el método ABN, le preguntó a su colega del “Andalucía” por el mismo. Tras alguna explicación, algún niño de este último colegio realizó alguna operación como demostración. En concreto y viendo cómo el alumno resolvía una operación de dividir por dos cifras, un compañero del otro colegio dijo, mientras miraba asombrado: “Eso no lo hago yo en mi vida”.
había mostrado interés por el método ABN, le preguntó a su colega del “Andalucía” por el mismo. Tras alguna explicación, algún niño de este último colegio realizó alguna operación como demostración. En concreto y viendo cómo el alumno resolvía una operación de dividir por dos cifras, un compañero del otro colegio dijo, mientras miraba asombrado: “Eso no lo hago yo en mi vida”.
Colegios “Los Pinos”, de Algeciras, y “Carlos III”, de Cádiz.
Lo que voy a relatar
ocurrió con niños de Educación Infantil de 5 años. En ambos colegios los niños
preguntados respondieron de la misma manera. Narro el del colegio gaditano. La
maestra quiere que los niños se den cuenta de que 25 elementos sueltos son
idénticos a dos decenas y cinco sueltos. Para ello, dibuja en dos partes de la
pizarra 25 cruces en desorden y otras 25 agrupadas en dos “paquetes” de diez y
cinco sueltas. Le pregunta a los alumnos: “¿cuál de los dos es mayor?” Contesta
una niña corriendo: “los dos”. En “Los Pinos” fue con otro material. Le mostré
a un niño once palillos sueltos en una mano, y en la otra un paquete de diez
palillos y uno suelto. Le digo que los cuente y que me diga en qué mano tenga
más palillos. Cuenta los once sueltos, echa un vistazo a la otra mano y muy
seguro contesta: “En las dos”.
IES “la Jarcia”, de Puerto Real.
En ese
IES trabaja como profesora de Matemáticas la madre de una alumna que sigue la
metodología ABN. Tuvimos un serio problema cuando los maestros del CEIP
“Abardela”, de Benaocaz, quisieron introducir el método en su colegio y un
profesor de un instituto de Ubrique, a la vez padre de alumno, se opuso y
convenció a los padres para que no consintieran tal cambio. En la búsqueda de
argumentos, le pedimos a esta madre que como profesora de Matemáticas
escribiera a la persona que hacía de portavoz para que vieran que la opinión de
ese señor no era más que un prejuicio, y que personas de su misma formación que
conocen la aplicación del método tienen una opinión distinta. En un gesto de
generosidad lo hizo la mencionada madre, y le envió una carta muy bonita a la
persona que canalizaba y transmitía sus dudas y angustias. Contaba en esa carta
la siguiente anécdota. “Hace unos días, un chaval de 3º de ESO me decía con
bastante apuro que no sabía dividir entre dos cifras, algo así como 34500:15,
lo que le impedía concluir un problema que estaba resolviendo. Y, trabajando
con cantidades y no con cifras, a la manera ABN, le indiqué: "primero
reparte 34000 entre 15", "doy 2000, he repartido 30000 y me sobran
4500", "pues ahora reparte 4500", "doy 300",
"pues has dado 2300". El chaval me sonrió diciendo: "¿Así de
fácil es? Pues ya podrían habérmelo dicho antes".
Colegio “Alonso de Aguilar”, de Aguilar de la Frontera
(Córdoba).
Esta anécdota
me la contó José Miguel de la Rosa. En el Primero del que es tutor hay unos
tres o cuatro niños que son muy rápidos con el cálculo y están como abducidos
porque no se cansan de hacerlos. En una ocasión, el tutor les dio la hoja con
los “deberes”, esto es, la tarea para realizar en casa. En lo que concernía a
estos alumnos era bastante amplia. Los niños se ponen rápidamente a hacer las
operaciones y el maestro se enfada porque ya están en clase de Lenguaje y
tienen que dejar las matemáticas. A regañadientes guardan la actividad y parece
que se concentran en la nueva tarea. Pero no todos. José Miguel observa que uno
de ellos, cuando cree que no lo miran, levanta el cuaderno y escribe algo en un
papel que tiene debajo. Lo observa y ve que lo hace siempre que el niño cree
que el maestro no lo está viendo. José Miguel va a verlo, saca lo que está
escribiendo a escondidas y era... la tarea de matemáticas. Casi lo tiene que
castigar por no querer dejar de hacer cálculos y problemas.
Colegios “Andalucía” y “Fermín Salvochea”, de Cádiz.
Se juntaron los
niños de 3º de ambos colegios, que no están distantes entre sí, para preparar
alguna actuación que tenía que ver con la celebración del Bicentenario de Las
Constitución de Cádiz. Como es normal, cuando se juntaron las dos clases empezó
el típico jaleo y diversión. El maestro del colegio receptor (que era el
“Salvochea”) ordenó silencio y compostura, y le planteó a los niños esta
alternativa: o silencio y orden o los pone a todos a hacer matemáticas. Los niños
del “Andalucía” gritaron todos “Matemáticas, Matemáticas”, ante el asombro y la
incredulidad de los compañeros del otro colegio.
Colegio “Luis Ponce de León”, de Rota.
Los niños de un
2º habían hecho su tarea muy bien y en poco tiempo, así que su tutora pensó en
premiarlos y les dijo: “el que acabe puede hacer un dibujo”. Todos respondieron
al unísono: “No, dibujo no. Cuentas, queremos hacer cuentas”.
Si conocen
alguna más, espero que me la cuenten.
Publicado por
Jaime Martínez Montero
en
16:22
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Etiquetas:
Trabajos. Cuadernos. Testimonios.
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