AHORA ESCRIBE JAIME MARTÍNEZ. Y es para hacer notar cómo el cálculo ABN mejora el resto de procesos matemáticos, aunque no se ocupe de ellos de manera expresa. No nos ocupamos de fracciones, o de sistemas de medidas, o de Geometría. Sin embargo, todos estos contenidos mejoran muy notablemente. La razón es la capacidad de cálculo que adquieren los niños. Por ejemplo, el alumnado ABN realiza de manera automática las operaciones por las que averigua cuál es la fracción de una cantidad. O el área de una figura plana. No tengo que decir nada respecto a la destreza con que un alumno descompone factorialmente un número. En este vídeo (magnífico, por cierto, y en el que se trasluce la emoción del que está detrás de la cámara) se muestra paradigmáticamente cómo algo de lo que no nos ocupamos expresamente, como es la estadística y su representación, recibe un impulso muy grande gracias a la potencia de cálculo de los niños.
Digo esto porque no pocas veces nos echan en cara el hecho de que no nos ocupemos de todos y cada uno de los contenidos de la matemática.
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