¡BIENVENIDOS!

¡Bienvenidos al blog del ABN! Un año más comenzamos un nuevo curso, llenos de esperanza e ilusión. Será el décimoquinto año de aplicación del método ABN, desde que en el curso 2008-2009 se dieron los primeros pasos en los colegios “Andalucía” y “Carlos III”, de Cádiz. Seguimos adelante. Tenemos a muchos docentes y a muchos niños detrás, que empujan con una fuerza irresistible. Este blog recoge toda la historia del desarrollo del método, desde su primera entrada, allá por Marzo de 2010, hasta hoy. No hemos querido quitar nada. Y aquí seguimos con más de tres mil vídeos y cerca de las cuatro mil entradas, que se dice pronto.

El blog va a seguir siendo fiel a sus principios: mostrar que es posible calcular de otra manera más motivadora, más fácil, más conectada con el pensamiento de los niños, más adaptada a sus futuras necesidades. En definitiva, del modo más eficaz para que los alumnos alcancen competencia matemática.

Animamos a los docentes y a las familias a utilizar el nuevo método. Con él se acaban las tareas repetitivas de cálculo, las dificultades matemáticas sin sentido, el aprendizaje memorístico vacío. Y para convencer al visitante de que es posible nos hemos alejado de los discursos vanos y de la palabrería barata. El material fundamental de este blog es el reflejo de lo que hacen los niños en las clases: vídeos y fotos dan cuenta de ello. Nunca omitimos de qué colegio, de qué maestra o de qué grupo de alumnos se trata. Porque no expresamos fantasías ni delirios, sino resultados concretos.

¡Bienvenidos! Suscríbanse y estén al día de todos los contenidos que incorporamos. Intérnense dentro de las etiquetas y exploren los tópicos por los que tengan más interés, en los cursos de Infantil o Primaria que consideren. Súmense a una corriente que cada día crece más.

No duden en trasladarnos cualquier opinión, crítica, aportación, sugerencia o, simplemente, petición de información. Todo ello será recibido con agrado en:

Jmartínez1949@gmail.com

MÉTODO ABN

lunes, 20 de mayo de 2013

Cálculo ABN, Pruebas de Diagnóstico y Escala.


            Con más o menos incidencias se han aplicado en Primaria las Pruebas de Diagnóstico en 4º y las llamadas Escala en 2º. En principio, los niños ABN no tienen ningún tipo de problema en la cumplimentación de las pruebas. De hecho, su dominio de la materia está muy por encima de lo que les exigen. Es más, pese a que normalmente nuestros alumnos obtienen una puntuación superior a la que sacan los que no son ABN, no destacamos ese logro porque entendemos que el reactivo es muy malo y casi no mide nada. Alguna de las preguntas de la prueba de Matemáticas de 4º la puede contestar un niño de teta. Desde luego, lo que de ningún modo mide son las destrezas específicas que desarrolla el cálculo ABN y que no poseen los que no trabajan este método. Por ello, el asunto no tenía mayor trascendencia y ni siquiera nos preocupábamos en exceso por los resultados.
            Pero héteme aquí que comienzan a surgir problemas en los colegios en la corrección de las respuestas de los niños. El mismo José Miguel de la Rosa, en este blog y en “Actiludis”, ha planteado el problema y yo le he dado mi opinión: las pautas de corrección de la AGAEVE no están pensadas para el cálculo ABN y, por tanto, no se deben aplicar. Este criterio ha salvado de las rebajas de las notas y de los recortes de las calificaciones a muchos niños ABN. Pero solventado este problema, surge otro. ¿Qué ocurre cuando la corrección la efectúan docentes que no saben ABN y no dan clase a esos niños? En muchos casos, nada. El sentido común se impone y dan por correctas las respuestas correctas y por incorrectas las que no lo son. Pero esto no ocurre siempre.
            Se dan casos en los que docentes que al corregir a niños y niñas ABN les aplican, como si fuera una ordenanza militar en tiempos de guerra, las instrucciones de corrección de la AGAEVE. Y como la forma de trabajar y de realizar los cálculos y los problemas es diferente, les bajan la nota y obtienen una puntuación directa muy inferior a lo que merecen. Esa aplicación estricta la realizan con independencia de que el niño haya contestado bien. Incluso puede haber contestado excelentemente.
            Resulta que nuestros niños tienen un nivel de cálculo y de resolución de problemas muy elevado para su edad. Y entonces, como las preguntas de las pruebas son muy fáciles, ponen los resultados directamente, lo cual aplicando estrictamente las normas de corrección por no expresar la operación... ¡fuera!, por no expresan los datos del problema... ¡fuera!, por no dar la solución con una frase completa de al menos quince palabras... ¡fuera!. El resultado 1 sólo punto, a pesar de dar el resultado correctamente. Sin embargo el otro extremo, si se equivoca en el resultado pero ha expresado los datos del problema, ha puesto la operación y de qué era el resultado, logra alcanzar equivocándose más puntuación. ¡El mundo al revés!.
  El maestro o la maestra correctora que obra así no se da cuenta de algo muy elemental: las instrucciones están hechas para los niños que trabajan el cálculo tradicional, no para los que hacen ABN. En lugar de preguntar y acordar con sus tutores qué criterios alternativos se pueden utilizar (el primero de todos debe ser si contesta bien), decide aplicar lo que no está hecho para ellos. Pero si obra así actúa de forma lesiva para los alumnos y para el propio centro. Desde luego eso no sería compañerismo ni compromiso con los niños y con el centro. Más bien se cambia el espíritu de la prueba. En lugar de comprobar si el alumno es competente en los ámbitos en que se evalúa, se mide la fidelidad con la que ha seguido unas instrucciones de corrección que, naturalmente, el chico o chica desconoce por completo. Se desnaturalizan los resultados, pues alumnos con rendimiento muy inferior quedan por encima de los que han contestado bien.
            Confiamos en la sensatez de la gente y de sus superiores, si es que ésta falta. Y si se empeñan en hacer las cosas mal, tampoco tenemos que dramatizar. Las pruebas son muy malas. Su contenido se ha revelado antes de la realización del examen, con lo que han perdido toda su fiabilidad. ¿Qué ahora resulta que, según algunos correctores, los alumnos ABN están muy mal? ¡Qué le vamos a hacer! Hay que tener paciencia y arreglar lo que se pueda. Sé que da mucho coraje que los resultados se desvirtúen de manera artificial. Es como un mal árbitro, que anula los goles legales y concede los ilegales y pita penaltis que no lo son. Sé que se enrabieta uno y una cuando no puedes hacer nada ante tal forma de obrar. Pero hay que tener altura de miras y saber distinguir lo accesorio de lo importante. Lo importante es lo que nuestros alumnos saben y cómo lo saben. Eso no disminuye por el hecho de que un ajeno, que ni siquiera entiende la forma de trabajar de los niños, le ponga la peor nota posible derivada de la consideración más estrecha de unas malas  instrucciones concebidas para que, aunque el niño no sepa nada, obtenga una calificación aceptable. Es un picotazo de mosquito, pequeños pellizcos de monja que hay que pagar como peaje. Cuando pase el tiempo y se imponga la cordura y el ABN esté generalizado, nos acordaremos de estos episodios como anécdotas, divertidas o amargas, propias de seres humanos que entonces no actuaron muy sobrados de grandeza.    

1 comentario:

  1. Para sumar fracciones que tienen el mismo denominador,se suman los númeradores dejando el mismo denominador

    ResponderEliminar