viernes, 26 de marzo de 2010
¡Más difícil todavía! Los alumnos de 2º del CEIP "Andalucía", de Cádiz, hacen sumas de tres sumandos ... con decimales.
Primer ejemplo. Ellos, naturalmente, no hablan de décimas ni centésimas, sino de euros y céntimos de euros. Este alumno ha seguido un camino muy prudente. Ha agotado en primer lugar el sumando final, y tras ello ha sumado los cuatro céntimos.
Ha realizado la operación en los mismos cuatro intentos con los que hubiera tenido que realizarla de haberse presentado la misma en el formato tradicional. En este caso, desaparece el problema de la "colocación" de los sumandos.
Ahora es una niña la que hace la operación. Es algo más rápida, pues el sumando final lo acumula en dos veces, en lugar de en tres, como en el caso anterior.
Como los del Señor, los caminos de los niños (de esta niña en concreto) son inescrutables. Pasa con mucha precaución las décimas del tercer sumando al segundo sumando, luego las centésimas. Y, lo más difícil: suma de una vez 0,77 con 10,82. Pues si sabe hacer este cálculo, ¿para qué tomó tantas precauciones?
Este niño calcula muy bien. ¿Que hay que acumular un sumando? Lo arregla con un intento. ¿Que hay que hacerlo con dos sumandos? Pues con dos. Así de sencillo. Ahora bien, si su maestra no le insiste en que de vez en cuando debe reflejar los cálculos por escrito, hace todo mentalmente.
El cálculo ABN pone bien de manifiesto que no hay dos casos iguales. Comparen la operación de esta niña con la anterior.
¿Y este niño? También es de los que no necesita hacer el cálculo escrito. Y establece sus propios códigos. Así, en los residuos de los sumandos segundo y tercero escribe los céntimos como si fueran enteros. Pero no obra así cuando expresa la cantidad que va a sumar o la acumulación parcial o total.
Una última muestra de otro alumnos. ¿Sabe o no sabe lo que se trae entre manos?
Ha realizado la operación en los mismos cuatro intentos con los que hubiera tenido que realizarla de haberse presentado la misma en el formato tradicional. En este caso, desaparece el problema de la "colocación" de los sumandos.
Ahora es una niña la que hace la operación. Es algo más rápida, pues el sumando final lo acumula en dos veces, en lugar de en tres, como en el caso anterior.
Como los del Señor, los caminos de los niños (de esta niña en concreto) son inescrutables. Pasa con mucha precaución las décimas del tercer sumando al segundo sumando, luego las centésimas. Y, lo más difícil: suma de una vez 0,77 con 10,82. Pues si sabe hacer este cálculo, ¿para qué tomó tantas precauciones?
Este niño calcula muy bien. ¿Que hay que acumular un sumando? Lo arregla con un intento. ¿Que hay que hacerlo con dos sumandos? Pues con dos. Así de sencillo. Ahora bien, si su maestra no le insiste en que de vez en cuando debe reflejar los cálculos por escrito, hace todo mentalmente.
El cálculo ABN pone bien de manifiesto que no hay dos casos iguales. Comparen la operación de esta niña con la anterior.
¿Y este niño? También es de los que no necesita hacer el cálculo escrito. Y establece sus propios códigos. Así, en los residuos de los sumandos segundo y tercero escribe los céntimos como si fueran enteros. Pero no obra así cuando expresa la cantidad que va a sumar o la acumulación parcial o total.
Una última muestra de otro alumnos. ¿Sabe o no sabe lo que se trae entre manos?
Publicado por
Jaime Martínez Montero
en
17:16
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Etiquetas:
Adición. 2º de Primaria. Decimales.
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