Se ve que les gustó, y el mismo Diego comenzó a enseñarles el procedimiento a sus compañeros. Total, que al poco ya había cinco capaces de hacerlas. Los vídeos que siguen lo demuestran.
Hasta ahora, a lo más que habíamos llegado era a que algún niño multiplicara por doce. Pero la generalización del producto por dos cifras a niños de tan temprana edad nunca la habíamos intentado.
Aquí están los niños y niñas y los vídeos. Repito: niños de 7 y 8 años.
Y la sorpresa final es la carta tan bonita que me han enviado. Supone una inyección de moral tremenda. Como digo muchas veces: la Santa Infancia.
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