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lunes, 5 de junio de 2023

Carta abierta a Conchi Bonilla.

                              

 Querida Conchi:

            El paso del tiempo nos trae estas noticias, que no por inexorables dejan de sorprendernos. Resulta que te jubilas… En primer lugar, que sea para bien y que disfrutes en esta nueva etapa de tu vida. Contigo se enriquece todavía más la nómina de jubiladas que han hecho historia en el ABN. ¡Qué increíble cantidad de talento! ¡Cuánta inteligencia, cuánta elegancia, cuánta generosidad, cuánto ejemplo, cuánta capacidad de influir maravillosamente en las demás! En segundo lugar, la pena que nos da tu marcha no es más que el recibo o la cuenta que nos pasa la vida por haberte disfrutado, por haber aprendido tanto, por tomarte como referencia. Nada sale gratis ni es eterno. Cuanto más valiosa es la persona, más dolorosa es la despedida.

               Pennac, en su libro “Mal de Escuela” define al alumno golosina de esta manera: “El alumno golosina. Así llamaba yo, ya profesor, a mis alumnos excelentes, esas perlas raras, cuando encontraba alguno en mis clases. ¡Quise mucho a mis alumnos golosina! Me ayudaban a descansar de los demás. ¡Y me estimulaban! El que capta más pronto, responde más acertadamente, y a menudo con humor; esos ojos que brillan y esa discreción en la soltura que es la gracia suprema de la inteligencia...” Para la Administración, para la Sociedad, para las familias, para tus alumnos tú has sido la maestra golosina, y para los abeneros la compañera golosina.

            Milán Kundera, en “La insoportable levedad del ser”, decía: “El hombre vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo”. Tal vez no lleve razón del todo. Afortunadamente, conocemos personas como tú, que tomamos como referentes, que exhiben conductas que nos sirven de ejemplo, que desarrollan comportamientos que queremos imitar. Ese es uno de los grandes y más difíciles valores de las maestras: servir de guía y contraste a los demás.

Has dignificado esa gran idea que es la escuela. Porque la escuela es el lugar privilegiado en el que se movilizan las experiencias humanas y sus bienes culturales para que, a través de ellos, el sujeto crezca y recorra en pocos años el camino que a la humanidad le ha costado siglos. Porque una persona no es más que lo que sabe. Si bien saber y aprender dependen de ella en gran medida, no es menos cierto que la influencia de una gran maestra es el acicate, el catalizador que promueve y acelera las reacciones del espíritu. Es lo que tú has hecho. Por eso permanecerás en la mente de tus alumnos, serás un recuerdo vivo, y podrán decir de ti algo parecido a lo que escribió el gran Neruda:

Me has agregado la fuerza de todos los que viven.

            Me has dado la libertad que no tiene el solitario.

            Me enseñaste a encender la bondad, como el fuego.

            Me hiciste construir sobre la realidad, como sobre una roca.

            Me hiciste adversario del malvado y muro del frenético.

            Me has hecho ver la caridad del mundo y la posibilidad de la alegría.

            QUE ASÍ SEA.”

 

Un beso muy grande.

 

Jaime

PD.: Abro y cierro esta carta con dos de los primeros vídeos que grabaste. Son de marzo de 2013. Se te ve igual de joven que ahora. Los niños de entonces cumplen en 2023 quince años.






1 comentario:

  1. Margarita Zelayaran6 de junio de 2023, 21:40

    Mi estimada Maestra , ha sido una alegría haberle seguido a través del YouTube y brindar conocimiento Le Deseo la mas dulce jubilación . Saludos PERÚ.

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