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martes, 30 de junio de 2020

¿Deben los niños abandonar el ABN cuando llegan a 4º de Primaria? La multiplicación.

Ya saben que esta postura se mantiene (y se lleva a cabo) en bastantes colegios públicos. La razón que se da para ello, como he escrito ya, es que, como en todo en la vida, llega el momento de ocuparse de las cosas serias y dejar los jueguecitos y demás fruslerías y centrarse en aprender bien las cosas y preparar a los niños para que luego, en ESO, obtengan el éxito que les garantiza el cálculo tradicional, como ha quedado meridianamente puesto de manifiesto desde la implantación de este nivel, allá por los años noventa del siglo pasado.

Y tengo que rendirme a la evidencia. Si los niños siguen con el ABN, ¿cómo van a poder, luego, multiplicar polinomios, cómo les exigen en la ESO, si no dominan el producto tradicional? La verdad es que ante estos argumentos nosotros, los del ABN, estamos desarmados. Para que entiendan mi desolación, les voy a poner aquí una serie de vídeos.

El primero es de una profesora que explica cómo se realiza una multiplicación por dos cifras, con sus llevadas y todos sus avíos. No es ninguna broma: ha recibido casi 700 000 visitas. Es del año 2012, pero como la técnica que se emplea viene de siglos atrás, los ocho años que han pasado hasta hoy no significan nada.


¿Y qué hacen nuestros alumnos y alumnas? Lo que pueden. Desde luego no llegan a dominar una técnica tan compleja y valiosa como la que explica la profesora, y que anticipa el éxito escolar en una materia tan ardua como las matemáticas . Ahí andamos, despistados y con diversas tentativas que no siempre coronamos con éxito. Veamos tres casos.

Este pobre, de 3º de Primaria, se maneja, con más voluntad que acierto, con las dos cifras, los decimales..., en fin que hace lo que puede. Se nota que lo de las llevadas (endiablada técnica) no es lo suyo.


El bueno de Lucas, de 5º, se vuelve medio loco intentando contestar a las preguntas de su maestro. Es lo que tiene el ABN, que en cuanto sacas a los niños de lo corriente se pierden y se hacen unos líos... Observen si no.


Y, por último, Jorge. Ya en 6º, y cuando no quedaba tiempo para rectificar. Se mete a multiplicar un polinomio por un binomio, pensando que eso se hace así como así. Y, claro, le falla la base porque no sabe multiplicar de la forma en que lo hacía Ramón y Cajal. Y ahí se pierde, se lía, y nos avergüenza un poco a todos.


A ver si en verano, que tenemos más tiempo, reflexionamos sobre nuestro futuro.

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